La Vergüenza y la Culpa: una mirada gestáltica.
Los sentimientos de la vergüenza y de culpa son experiencias perturbadoras que inciden sobre la experiencia de los individuos y de los grupos sociales. La vergüenza y la culpa se han estudiado desde diferentes disciplinas en cuanto a su origen y la naturaleza de las mismas. Una gran cantidad de estudios han orientado sus esfuerzos sobre estos sentimientos.
Principalmente se entiende que ambos sentimientos, Vergüenza y Culpa son reguladores de la conducta social y que están ligados a los procesos de aprendizaje, crianza y de la cultura en lo particular.
Cada sociedad cuenta con sus propias normas, reglas, creencias, valores que imponen este tipo de conductas o sanciones de la conducta frente a alguna transgresión del código que las rige y que en última instancia llevan a experimentar dichos sentimientos.
En este artículo quiero referirme principalmente a la mirada gestáltica sobre la Vergüenza y la Culpa. Este modelo terapéutico pretende dar una respuesta al acercamiento de estos sentimientos que con suma frecuencia se presentan en la consulta y que inhiben el desarrollo, el contacto y la realización de nuevos ajustes creativos en los campos relacionales de las personas.
La moral parece ser un factor importante dentro de la vergüenza y la culpa como generadores de su existencia y está en relación directa con la teorización acerca de cómo se forman y se originan los sentimientos de la Vergüenza y la Culpa. Sin embargo, poco se ha hablado sobre cómo cobran vida en la experiencia de los individuos. Por ello, es necesario, reconocerlas, contactarlas y trabajarlas en la psicoterapia.
La Vergüenza y la Culpa como fenómenos sociales:
Estos sentimientos perturbadores es necesario comprenderlos como fenómenos sociales porque están ligados, como se mencionó anteriormente, a normar la vida en sociedad. De hecho, el derecho a través de las legislaciones impone sanciones cuando se va en contra de las mismas. Estas normativas regulan la vida de las relaciones en lo social y relacional en un sinfín de temas, como son: lo civil, lo mercantil, etcétera.
En los hogares, las familias imponen sus normas al transmitir la cultura y al modelar la vida social que cuenta con sus propias reglas y normas de acuerdo a su cultura, posición social, creencias y religiones que van dictando lo que es permitido o no, dentro de ese campo relacional familiar, que se transmiten de generación en generación.
Es indudable que durante años se ha observado que estos sentimientos de Vergüenza y Culpa se encuentran en la no inclusión de determinados grupos sociales, razas, religiones que han cobrado durante tiempos inmemorables guerras étnicas y de creencias.
El campo social y el campo familiar, en este caso, se retroalimentan en información, conducta y viven de acuerdo a su realidad. Esta situación es muy clara y observable a todas luces. Cada país, cada estado, cada familia cuenta con sus maneras de comprender y modelar este tipo de situaciones en la vida cotidiana. También la época es un factor que determina aquellos aspectos que serán considerados vergonzosos o culposos. El siglo XIX, el siglo XX y el siglo XXI cada uno tiene sus propias maneras; solo por mencionar un ejemplo, en tiempos memorables, vivir con una pareja sin estar casado, era sancionado en algunos contextos, a la fecha, ese tipo de uniones es común y están ligadas a la permisividad de la modernidad.
Por otra parte, en mi opinión, la Vergüenza y la Culpa cuando se ligan a la sexualidad o agresividad parecen tener un efecto aún más perturbador en la vida de los individuos. La sexualidad, por ejemplo, está en función de la vergüenza. Una mujer que tenga un comportamiento escandaloso frente a su sexualidad es sujeto de burla, tratada de manera despectiva y avergonzada. Ahora, hemos evolucionado en esas formas grotescas de exposición y burla no solo para ellas, sino también para ellos, por ejemplo, comportamientos como el cyber bullying o cualquier tipo de acoso.
En una cultura en la que la belleza, la delgadez, la juventud, la imagen son valores que rigen gran parte de la aceptación social, existen una gran cantidad de personas que sufren por su cuerpo, fisonomía o aspecto, llegando a cometer actos altamente agresivos hacia su persona, lo cual incide en su experiencia y funcionamiento del Self. A la consulta acuden personas con problemas, de autoconcepto, falta de aceptación de sí mismos, no sentirse suficientes, haber sido avergonzados en algún momento, pero que no cuentan con las palabras para identificar los sentimientos que se encuentran en el fondo: Vergüenza y Culpa
Estas emergencias en la experiencia de la Vergüenza y la Culpa están a la luz del día, pero lo suficientemente ocultas en la experiencia individual. Las miramos, las vivimos, nos apoyan, nos ayudan o nos perturban en algún momento de nuestra existencia. Están ahí en infinidad de maneras de expresión. Los terapeutas requerimos conocer de ellas y comprenderlas para saber cómo inciden de manera perturbadora en la experiencia individual y en su estar en el mundo.
Por supuesto que existen mayores variables que incurren en estos sentimientos aprendidos, sin embargo, para los fines de este artículo tomaremos solo los expuestos anteriormente para centrar nuestra atención en la mirada gestáltica.
Mirada de la Vergüenza y la Culpa desde la Gestalt
Existen una gran cantidad de autores que abordan este tema como son Jean Marie Robine, Yontef, entre otros, algunos de sus conceptos y referencias serán mencionados en este artículo y se anexa la bibliografía correspondiente para su consulta.
A manera de síntesis es posible comprender estos fenómenos de la siguiente manera para tomarlos en cuenta dentro del proceso terapéutico.
- Son fenómenos de campo relacional.
- Están sujetos a aprendizajes de significativos de la vida de la persona: padres, abuelos, pares y contexto social.
- Afectan el funcionamiento del Self y la experiencia de las personas que se ven perturbados por ellos.
- Las figuras y fondos se rigidizan de tal manera que no logran realizar nuevos ajustes creativos y nutrirse del campo en el ahora.
- Los abordajes en la psicoterapia se entrelazan frente a estos dos sentimientos secundarios.
- Vergüenza: el trabajo se orienta hacia la reconfiguración de la experiencia interna de la persona. Un trabajo directo en Self y sus contactos.
- La Culpa cuenta en algunas ocasiones con tintes de Vergüenza, el foco está en el impedimento de nuevos ajustes creativos por aprendizajes, mandatos, acciones u omisiones de la conducta.
La Vergüenza:
Una valoración negativa del Sí Mismo. Sentimientos de inadecuación. Críticas constantes. Diálogo interno de desaprobación. No sentirse suficientes. Al mismo tiempo que se experimentan algunas de las heridas de la infancia: humillación, injusticia, temor al abandono, mezclados con una profunda soledad.
La Vergüenza surge frente a la mirada de los otros, ese otro que desaprueba, ese otro frente al que siento timidez, me ruborizo, me siento pequeño. La vergüenza puede ser situacional o existencial. En la situacional existe alguien que avergüenza y el avergonzado. Una experiencia de quedar expuestos. Por el contrario, en la existencial el Ser, el Sí Mismo, se encuentra aún más comprometido.
Nuestro acercamiento a dicha experiencia es a través de la observación, la fenomenología, la indagación “aquí y ahora” para dar dinamismo a las figuras y los fondos de la experiencia en la consulta.
La Culpa
Un sentimiento secundario social, que se encuentra en el hacer y omitir, es decir, se experimenta porque he hecho algo o he omitido algo que daña a otros o a uno mismo.
Sabemos que la experiencia de la culpa lleva a la reparación del daño y a asumir las consecuencias y responsabilidad de nuestras acciones. Existen ciertas experiencias que aun cuando el daño se repare pueden tardar mucho tiempo en dejar de sentir los efectos de la situación. La culpa también puede verse como un ajuste creativo de mortificación, y desde mi punto de vista y experiencia profesional, se entrelaza con la vergüenza.
Los introyectos y mandatos ocupan el lugar principal en estos factores de la culpa y es necesario cuestionar y desafiar los introyectos y dar lugar a nuevas reflexiones para que los contactos permitan una mayor flexibilidad y posibilidad de nuevas figuras, novedades y ajustes creativos.
Es importante señalar que todo trabajo en estos fenómenos que inciden en la consulta se abordan desde el campo relacional en la frontera de contacto y en el establecimiento del vínculo terapéutico.
Los autores modernos apuntan hacia la co-creación del vínculo momento a momento y de nuestra presencia en el proceso terapéutico y relacional para poder trabajar en ello, con ello y sobre ello.
En nuestro quehacer la implicación del terapeuta es innegable, por tanto, pese a todo, requerimos sostener todas esas experiencias en la consulta y permitir que estén presentes y se agoten o transformen el tiempo que sea necesario. Trabajando muy de cerca en la observación fenomenológica y la indagación de la experiencia.
En suma, trabajamos con los siguientes aspectos:
- La formación de figuras y fondos.
- Las formas de contacto o flexiones del contacto en la frontera.
- En el restablecimiento de las funciones del Self.
- Los aprendizajes, introyectos, cultura y contexto de la vida de la persona.
- Las inflexiones o formas de contacto: confluencia, introyección, retroflección, proyección en su dinamismo en la frontera de contacto.
- La creación del vínculo terapéutico
- Y estar atentos en todo momento cómo esos sentimientos también han atravesado nuestras experiencias como individuos en nuestros campos relacionales.
- Una total aceptación de la experiencia y a los contactos, ajustes creativos, promoviendo la toma de conciencia y saber, que en algún momento de nuestra vida hemos estado, tal vez, en ese lugar. Esta comprensión humana nos permite adentrarnos en este sufrimiento y dolor de la existencia.
En mi práctica profesional y en mi quehacer como formador de terapeutas considero que estos elementos son fundamentales para la comprensión de algunas de las experiencias que llegan a la consulta. Una vez, que he incluido estas observaciones en la consulta las personas obtienen una gran apertura de conciencia a su experiencia, pueden nombrarla, verla, mirarla y aceptarla como parte de su vida. Dejar que ya no esté alienada y pueda manejarla de una manera distinta.
Los efectos que he podido observar están en relación directa con la aceptación, la identidad, el concepto de Sí Mismos, mayor fluidez e incluso hasta un sentimiento de compasión sobre su propia historia. Esta es mi experiencia y la comparto para quienes les interese este factor como entendimiento de la experiencia humana.
Te invito a profundizar en este tema en mi curso:
Intervención en la Vergüenza y la Culpa
Bibliografía
1.- Guiomar, M revisión de Mechasqui, T. (2012). Trabajo de la vergüenza en la terapia gestalt: teoría y práctica.
https://kupdf.net/download/trabajo-de-la-verguenza-en-terapia-gestalt-teoria-y-practicapdf_5a7e3280e2b6f5a71a6ae905_pdf
2.- Yontef, Gary. (1995). Proceso Y Dialogo En Psicoterapia Gestáltica. Editorial Cuatro Vientos. 3ª. Edición 2002
3.- Robine, JM. (1997). La Vergüenza. Artículo publicado en Terapia Gestalt en la Práctica Clínica. De la Psicopatología al contacto. Editores: Francesetti, G. Grecele, M. Roubal,J. (2013). Editorial Asociación Cultural de los libros del CTP. España.
4.- Ruiz de la Rosa, Jesús. Art. – VERGÜENZA Y CULPA. Gestalt Psicoterapia y formación. https://www.formacionib.org/articulosverguenza.pdf