La Experiencia: principio y fin de la Terapia Gestalt Aplicada
La psicoterapia como modelo de “cura por el habla”, fue desarrollada por Freud, hace ya algunos ayeres. El psicoanálisis está centrado en la comprensión del acto psíquico que lleva al conflicto. Centrando las causas en el inconsciente. Al hacer consciente lo inconsciente, el conflicto desaparece porque existe una reorganización de la energía depositada en ese problema. Ese hacer consciente lo inconsciente está sujeto a interpretación, elaboración, lograr el insight, entre otras muchas intervenciones que sustentan este abordaje terapéutico.
La modificación de la conducta y el conductismo como forma de reorganizar la conducta extinguen, castigan o refuerzan la conducta en cuestión que se desee modificar.
En otro momento, se evolucionó hacia las terapias existenciales, que cuentan fundamento filosófico, el existencialismo, un movimiento europeo de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Esta escuela de pensamiento se centra como su nombre lo dice, en la existencia, en la vivencia, en el Ser, en cómo este ser humano va experimentando su existencia. Obligado a decidir y con libertad para elegir. Aceptando y asumiendo la responsabilidad de sus elecciones.
Dentro de este marco de comprensión del ser humano surgen las terapias humanistas y existenciales. Entre ella, la Terapia Gestalt que privilegia la experiencia en el ahora, en el presente. Esta capacidad de atención llevada como un Continnum de conciencia constante y permanente dentro del proceso de la psicoterapia.
Este acercamiento a los procesos de manera holística, integral, lo conforma todo; la experiencia organísmica, las sensaciones, las cogniciones, la aproximación al campo relacional en el ahora, las flexiones de contacto y sus interrupciones, todo en el momento presente. Por ello, Fritz Perls considera que la Terapia Gestalt tiene como meta:
“Nuestra meta como terapeutas es incrementar el potencial humano a través del proceso de integración. Hacemos esto apoyando los intereses, deseos y necesidades genuinos del individuo”
Para lograrlo, trabajamos en la experiencia del presente, del campo y de la situación terapéutica.
Experiencia Organismo-Entorno
La conducta y las experiencias están íntimamente ligadas al entorno o al campo relacional en el presente. Es en esa situación en la que se está teniendo la experiencia, la vida, la vivencia. Esa vivencia solo tiene vigencia en ese entorno y en ese presente que ilumina esas figuras.
El organismo y el entorno forman un campo de experiencia y existencia. Nada ocurre aislado. Los seres humanos en cada momento formamos parte de un campo relacional que nos lleva a tener vivencias y experiencias en ese ahora es dónde ocurre el fenómeno de la experiencia.
Uno de los puntos de trabajo de todo gestaltista es su atención en el campo que se conforma en el encuentro terapéutico. Además, comprender que esos campos que la persona trae a nuestro presente profesional, se actualizan aquí y ahora en la consulta. Una conducta puede ser funcional, disfuncional, patológica o no, dependiendo de la situación relacional del individuo.
El dinamismo de las figuras y los fondos.
Un baile de figuras y fondos en el proceso que se construyen, se destruyen, se reconfiguran y se transforman. Nuestra observación e implicación en esos pasos de la danza terapéutica se centra en cómo el presente mismo está siendo modificado y la experiencia se va expandiendo o contrayendo según la música de la narrativa y de la experiencia de una manera gestáltica. Ana Giorgana (2022)
El Awareness
Nuestro idioma español no cuenta con una traducción específica para esta terminología. Es un proceso de estar en conciencia a las expresiones y revelaciones del presente aunadas a las figuras que se presentan, verlos, mirarlos, experimentarlos y estar en presencia de los mismos. Al entrar en conciencia del presente, se promueve el “darse cuenta”, el cómo se experimenta la vivencia y qué nos dice esa existencia en el ahora de acuerdo a la persona que lo experimenta. Se promueve una forma de apropiación de la existencia desde un lugar de la presencia, la implicación, el campo y el Sí Mismo (Self) desplegando sus funciones logrando nuevos ajustes creativos o interrupciones hacia el contacto.
Permitir la espontaneidad, la toma de conciencia de lo que se desea, la integración, la regulación organísmica y el dejarse sorprender esas novedades que orientan hacia nuevas formas de mirar la existencia y la vivencia en el momento presente.
La frontera de Contacto
Somos testigos participes de esta asimilación, desconstrucción, acercamientos, introyectos, detenciones, interrupciones en el momento del encuentro terapéutico y con nuestra implicación. Afectamos y somos afectados por esta danza que se presenta en esta frontera en la que se muestra la experiencia de dolor, satisfacción, plenitud, frustración y toda la gama de sensaciones, cogniciones, posturas corporales, fenomenología e indagación a esto que miramos frente a nuestros ojos en tiempo real.
El Self: la función integradora de la experiencia
En diversos artículos he abordado este tema con mayor detenimiento, lo anexo al final del artículo para su consulta.
Las funciones del Self se manifiestan en la experiencia total, la vivifica, la interrumpe, la recrea, la concluye o realiza un mejor ajuste creativo.
El Self en su función de ello nos pone en contacto con las sensaciones con el mundo de lo organísmico y está presente todo el tiempo mientras dura la experiencia, cambiando, modificando y reeditando estas formas que se presentan a lo largo de la vivencia.
Al correr de la experiencia se despliega el Self personalidad con sus aprendizajes, introyectos, retroflexiones que impiden la consecución de la satisfacción o bien, puede ser un apoyo para continuar sí esas vivencias han logrado integrarse.
Ninguna de estas dos funciones se pierde al dar paso a la vivencia y la función Self Yo que puede nutrirse, iluminar mejores formas de hacer contacto con el momento presente. Un contacto más funcional como algunos los nombra en otras escuelas existenciales y fenomenológicas.
Fenomenología e Indagación
El método por excelencia de las terapias existenciales. Dejarnos impactar por toda la danza del campo e indagar sobre la experiencia para llevar al proceso de “darse cuenta” y autoconocimiento. Logrando que las personas pasen del apoyo ambiental al autoapoyo.
Sin duda, estos acercamientos también son aprendizajes que la persona va adquiriendo para estar en el centro de su existencia e incorpore esta forma de apreciación del mundo, de los fenómenos sin juicios, sin críticas simplemente estando ahí como un observador creativo de su propia existencia.
La experiencia como principio y fin de la Terapia Gestalt.
- Aprender de uno mismo. Conocer nuestras formas de interrupción. Transformar las polaridades y darles su justo equilibrio a través de la observación de la indiferencia creativa. Conocer nuestras potencialidades y ponerlas al servicio de nuestro propio crecimiento personal.
- Estar más en conciencia de nuestros procesos en el momento presente. Atender a las necesidades. Percibir el entorno presente, detectarlo, nutrirnos de él y pasar de ahí a una conciencia reflexiva, espontánea y vivificante.
- Comprender cómo le hemos hecho para estar en esa situación. Cobrar conciencia y responsabilidad de lo que nos atañe en la construcción de nuestra manera de vivir. Libres de elegir, de decidir y de modificar también dentro de un proceso de integración del Sí Mismo (Self).
- La mirada de la conciencia nos permite ampliar nuestra gama de posibilidades, considerar opciones que no podíamos mirar. Tornarnos creativos para lograr esta adaptabilidad que deseamos y desarrollar otras áreas de nuestra naturaleza que han quedado en el fondo, lejos de la conciencia y que ahora, pueden ser reconocidas y valoradas.
- El autoconocimiento, la aceptación, la percepción de nuestros propios procesos solo se pueden percatar en la experiencia cuando está teniendo lugar, ni un minuto antes, ni un minuto después. Ese es el instante mismo del contacto.
- Reconocer que toda conducta es funcional hasta que deja de serlo. El síntoma, el tema, la problemática representan un ajuste creativo, una adaptabilidad a las condiciones del campo relacional en la experiencia.
- Detectar cuáles son aquellos campos relacionales que nos conflictúan, nos llenan de sufrimiento, nos vivifican, nos hacen crecer, nos hacen mejorar y conocer esos elementos para identificarlos y contar con una figura más completa de la experiencia. De nuestra vivencia.
- Se requiere de una gran necesidad de cambio para lograrlo. Un darse cuenta que las figuras anteriores ya no son viables ni saludables. Percibir los campos, dejar de interrumpir y arriesgarse a vivir de una manera distinta. Con un Self integrador de la experiencia que experimente la vida desde otro lugar ampliando sus horizontes de autorrealización.
En la psicoterapia brindamos una manera diferente de mirarse a Sí Mismos, una reconfiguración de la percepción interna de las personas más integrada con recursos, consciente de sus necesidades, posibilidades de resolución y estar al pendiente del campo inmediato para realizar mejores ajustes creativos que incrementen el desarrollo, el crecimiento. Aprender de cómo esta regulación organísmica favorece el estar en el mundo de una manera más fluida sin quedar detenidos solo en el sufrimiento, en el dolor, en la frustración.
Las personas cuentan con más recursos de los que conocen por estar centrados en lo que les falta, en lo que no pueden, en lo que salió mal, en la sintomatología, en la problemática. Es evidente, que no han logrado hasta el momento verlo desde otra perspectiva.
En mi experiencia, recuperarse a Sí Mismo con todo lo que implica es una forma de estar en el presente sin pendientes del ayer y sin angustias de futuro. Fluyendo en la experiencia de lo que sí está presente en el ahora.
Eso es lo que se hace en la Terapia Gestalt y solo la experiencia de quiénes somos y su aprendizaje significativo nos pueden llevar a ello. Comprendiendo que todo lo vivido también es una manera irnos construyendo y aceptando la vida en el momento presente.
Modelamos con nuestra presencia y nuestra implicación habilidades para aprender de la propia experiencia y de las vivencias que nos conforman. La magia de las psicoterapias es que representan nuevos ajustes creativos que les permiten, en este crecimiento, incorporarlas a su diario vivir y mantener su crecimiento y autoapoyo de manera sostenida.
Un artículo de interés:
El Self: una función integradora de la experiencia. https://anagiorgana.com/el-self/